CINE DE VERANO

Fue ahí en un cine de verano, la primera vez que te cogí de la mano, y sentí que mi mundo entero daba la vuelta, jamás antes había agarrado otra mano y un gusanillo de luz me había recorrido por dentro, iluminando las partes más oscuras, que ya empezaban a emerger por la pérdida de la infancia. Recuerdo que no supe que decirte, y estuve tan pendiente de ti, de tus gestos, de observarte que olvide que película fuimos a ver. Claro que entonces no llegábamos a alcanzar los quince años y quizás por eso esa misma tarde me enamore.

Recuerdo que aquel verano fue el mejor de mi vida durante mucho tiempo, las sesiones de cine, las palomitas compartidas, el no sabernos que decir, porque que se pueden decir dos infantes enamorados, todavía no habíamos descubierto las palabras suficientes para expresar y entender que nos ocurría, simplemente reíamos, y nos cogíamos de la mano, hasta que llego el día, ahí mismo, en la oscuridad de un cine de verano cuando junte tus labios con los míos, y fue un beso mucho mejor que el habíamos visto hasta entonces en la pantalla.

Ahora años después me viene la nostalgia de ese primer amor, como te irá me pregunto, habrás encontrado a un príncipe que te cuide, te mime, y te haga feliz todas las noches, porque esa es la clave, es tan simple como eso. La gente a veces lo complica demasiado. Si me preguntaras qué tal te diría que descubrí otros cines de verano, otros labios ocultos en las últimas butacas, y poco a poco aprendí a poner palabras a los gusanillos de luz, pero fueron un error, porque me llevaron a traducirlas en promesas que jamás cumplí, ya sea porque no estaba preparado, o porque ellas se marchaban antes de que tuviera oportunidad.

Ahora igual que nuestro héroe favorito, ese de un planeta no identificado, y nombre de dos letras, E.T. todos los días observo el cielo y me digo igual que él mirando hacia el infinito, mi casa, es decir dónde está mi lugar en el mundo, a donde debo de ir para escuchar que todo saldrá genial, a donde debo de ir para dejar de echar de menos, abrir una cerveza a medias, y compartir un cine de verano particular, e ir a la última butaca que inventara a orillas de algún mar, allí donde estén esas coordenadas que me están esperando.

1 comentario:

  1. Enamora leerte esto.
    Nostalgia, pura nostalgia embistiéndome en estos momentos.
    Seguro que encontró a un nuevo príncipe. Igual que tú una princesa. Para besarla, cogerla de la mano... Enamorarla en butacas oscuras. Abrir una cerveza, pero no a medias, sino beberla a medias. Trago para ti, trago para ella.

    Besos enormes para ti.

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