INTRODUCCIÓN A LA TELETRANSPORTACIÓN

Ya has pasado por aquí, y has visto lo que había, es lo que ves, si buscas algo nuevo, no lo encontrarás, el resto o se perdió en el olvido, o caducó, igual que el marchitar de todas las cosas que creímos que se perdieron para siempre. Y mañana si quieres, podremos resucitar juntos, solo una cosa no le pongas ningún pero a lo que vayas a decir, porque no sé si te has dado cuenta, pero los peros acaban destrozando los mejores momentos.

Hoy todo será diferente, es como si ya lo hubiera conseguido, teletransportación gratuita, sin tener que pagar ninguna tasa, a ningún maldito que se dedica a sobrevivir a costa de chupar la sangre de los otros. Así que cuando quiera me mudo de planeta, que en este me estoy sintiendo demasiado viejo, y las telarañas que pueblan por todos los rincones de esta ciudad se empiezan a infectar, y no tengo ganas de sufrir ninguna especie de mal. Así que la próxima vez que chasquee los dedos quizás me tengas a tu lado, no sé, si me apuras te traeré en un frasco cilíndrico y de bolsillo, arena del desierto que soñabas las noches que te acechaba desde tu ventana, y antes de que te despertaras te arropaba, y me despedía dándote un beso en la frente, estabas tan hermosa, que la luz que entraría al día siguiente te daría las gracias por tantas cosas que todavía no averiguaste, aún es pronto. Queda un largo camino por recorrer, y a ti en particular, disfrutar de tantas primaveras, que no te pierdas ninguna, ni aunque pongamos por caso que llegara el día que te pidiera que me salvaras del borde del abismo.

Ahora que tal vez se nos acabaron las palabras, nos las robó el lobo feroz mientras se canso de perseguir a Caperucita Roja, dejaré caer mi mano sobre tu muslo, no lo puedo evitar, te sienta tan bien ese vestido de lunares, que le tengo tanta envidia, que necesito hacerle la competencia, además, no es por nada, pero creo que ese guiño significa algo, así es más fácil, ni yo me siento incomodo, y tú quizás sea un principio, luego cuando acabe la película y dejemos la butaca, y afuera se pare por un momento el mundo, haré lo que sabes que he aprendido, y en el segundo de un chasqueo de mis dedos te llevaré al lugar más hermoso que jamás hayamos imaginado, debe de existir algo así, y quizás allí nos dejemos llevar y hagamos el amor sin importarnos que Paris vuelva a caer.