UNA MAÑANA DE MARZO

Hoy ha decidido dejar la subordinación aparte, me encanta cuando hace esas cosas, se ha levantado cuando el olor a café recién hecho se ha colado por debajo de la puerta, ha pensado que hoy sería una buena idea regalarse un día más, y más que vendrán. Ha saludado a Libre, y le ha acompañado a la calle, a andar juntos por el parque, la mañana acompaña, incluso en algunos árboles comienzan aflorar las primeras señales de una primavera que está cerca, muy cerca de llegar.

Se ha sentado en un banco, mientras Libre busca una pista a seguir entre arbustos y le ha gustado comprobar que no es la única mujer que ha creído que hoy es un día perfecto para ellas, muy acertadamente se han liberado de la colonización del trabajo, se han borrado de encima los estigmas sociales que en ocasiones ensombrecen su camino, han abierto una hoja en blanco dispuestas a escribir una historia mejor de la que conocemos.

Ha llamado a Libre, le ha dicho que es hora de volver a casa, y ha vuelto a sentir ese calor que solo él puede llegar a ofrecer. Le gusta, le gusta sentir que él nunca le fallará. Cuando he abierto la puerta, me la he encontrado con su camisa a cuadros favorita, sus gafas de pasta, y recostada en el sofá leyendo las primeras páginas del libro que se prometió empezar cuando tuviera tiempo. Le digo que me encanta inventarte, porque el saber que estás ahí me hace mejor persona. No hace falta más respuesta que su sonrisa, y mientras Libre me recuerda que no le gusta que me olvide de él, ella me hace un hueco a su lado, le recojo el mechón de pelo que le cae por la cara, y le susurro hoy es tú día, pero sabes que no tendría que ser solo hoy, tendría que ser todos los días del año.

P.D: Dedicado a las mujeres.

Saludos y gracias

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