CAZUELAS

Todo comenzó un día que te levantaste y todavía hacía buen tiempo, decidiste que querías ruido, que ya era hora de despertar a este silencio que se podía cortar con cuchillo y hacerse una máscara para un velatorio. Que estabas harta de tanto cortijo, y manuales de separatismo e imprudencial abismo entre diferencia de clases, así que me dijiste coge una cazuela que te apetezca golpear y acompáñame.

Salimos a la calle a hacer ruido, mucho ruido, hasta que vino la porra del estado, es decir la policía con su traje azul, aunque tú lo seguías viendo gris, junto a dos secuaces de Darth Vader, es decir un par de antidisturbios por sí había algún indicio de revuelta que parar, e incluso el más simpático de ellos nos pregunto, qué si alguien había ganado un título de fútbol, fue la única sonrisa que te vi en ese momento tan tenso, hasta que la adrenalina se te apodero como si se tratara de un nuevo super poder que todavía no se sabe controlar, cuando dijeron será mejor que nos acompañen a comisaría y tú me dijiste hazme caso y haz lo mismo que yo haga, y te pusiste a correr y yo seguí tus pasos.

Todavía no sé cómo pero ese día tuvimos mucha suerte y conseguimos escapar, jamás supieron quiénes éramos porque nos ha ayudado eso de ser unos indocumentados, aún seguimos sin un rumbo fijo, porque nos toca seguir huyendo cuando hacemos más ruido de la cuenta, porque lo de las cazuelas fue a más y en ocasiones hay gente que se nos une, incluso ya hemos dejado de hacer ruido y hemos conseguido sacar ritmo de timbales a viejas vajillas desgastadas por el tiempo, ahora al menos sabemos que aunque tengamos que seguir escabulléndonos de vez en cuando, no estamos solos, no somos los únicos que tenemos ganas de que un día el sol salga por donde todos esperamos, por eso si de algo no dudamos es que no dejaremos de tocar.

Saludos y gracias

2 comentarios: