ESTALLIDO SOCIAL VII



En la capital aseguraban medios independientes más fiables que los que sostenía el maldito gobierno que la gente se estaba cansando de ser apabullada y que se defendía con lo que podía, que ya estaba bien de recibir palos y que nadie les escuchase, y que una masa cada vez más amplia se agolpaba contra el congreso de los diputados prendiendo fuego a los contenedores y dispuestos a lo que hiciera falta para recuperar el statu quo que les habían desvalijado de malas maneras.

Todos nos temíamos lo peor, y nadie sabía que decir, otra vez construyendo silencio, creando su arquitectura, había que buscar otras vías para comunicarnos y expresarnos, por eso quizás delante de todos, comencé a besarte de la misma manera que lo hacía los primeros días que nos conocimos, y tú te dejaste, Margot volvió a buscar la mano del boticario y seguramente aunque no mostró ningún recelo por ello, le molestó encontrar la mano de este en el muslo de Verónica como intentando más que consolar a ella, consolarse a sí mismo, por eso quizás Bach aprovechó la oportunidad para abrazar a Margot por el hombro y ambos bebían, fumaban, sonreían, se entristecían, volvían a sonreír, a entristecerse, a fumar, a beber, formando de esta manera un circulo vicioso.

Libre leyendo todo aquello a su manera, se dejaba caer entre Verónica y el boticario encontrando las caricias que buscaba, cuando nuestros labios se separaban para volverse a juntar, en una de esas intermitencias, te levantaste y pusiste algo de música, encontrar las palabras que queríamos expresar y expulsar en manos de otros, y me dijiste, viniendo hacía mí de nuevo, si hay algo que nunca debes de hacerme es rechazarme un posible último baile dentro de lo que va quedando de mundo normal, si se puede decir que el mundo que vivíamos era normal.

Saludos y gracias

1 comentario: