TE HABLÉ



Te hablé de todo, de los rituales, de los registros civiles, de las portadas de los discos que guardaba debajo de la cama, y de vez en cuando me acordaba de ellos y les quitaba el polvo, los hacía sonar para que no amasaran un exceso de tristeza, del glosario que creé con todas las palabras que no te comprendía cuanto te marchabas y tardabas en volver, te enojabas, las que estaban en todos esos cambios de humor que no podía entender, y trastocaban la lógica que yo creía tener, que finalmente como un proceso lógico no calculado, no medido, un día sin más decidí tirarla por el retrete, de la misma forma que podría haberla echado por un barranco o por un puente para que un río la arrastrase consigo.

Te hablé de todas las marquesinas, y fueron muchas y muy variadas en las cuales me cubrí para esperarte a que vinieses a la hora acordada, o llegase el autobús que me llevase a donde te hallases, de los lugares geográficos que formaron parte de mi vida, de los dedos que utilice para no despistarme con los números y contar, tratando siempre de sumar, porque siempre vi una lado peligroso en eso de restar más de la cuenta y correr el riesgo de perderse tantas cosas, tantas posibilidades, de los paraguas que abrí, cerré, para protegerme de la lluvia, hasta que uno se da cuenta que mojarse no es de las peores cosas que nos puedan ocurrir.

De lo único que nunca te hablé por miedo a que averiguaras la verdad era que por más que lo intentásemos jamás nos podríamos tocar porque tan solo existías en las palabras que enredaba en hojas de papel, con tachones, anotaciones, correcciones, rectificaciones, puntuaciones y ortografía a veces fallidas, pero ni de una u otra forma conseguía una vez bajaba a la calle encontrarte como me hubiese gustado que hubiese sucedido. A pesar de tus cambios de humor.

Saludos y gracias    

1 comentario:

  1. ¿Sabes? Yo creo en los milagros...
    Me encanta tu escritura, tanto, que a veces te materializo para mi deleite...Gracias.

    Besos.

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