AÑOS DESPUÉS



¿Cuál era mi sueño de una noche de verano? Encontrarte enredada entre mis sabanas. En cambio ahora, estamos aquí hablando y tú me cuentas que ya tienes dos hijos, un marido que te quiere, pero sigo sin saber si tú lo amas.

Me dices que la vida son decisiones, o tomas esto o dejas aquello otro. Es decir que has tenido que sacrificar muchos sueños, y hay que aprender a vivir con eso.

Me narras tu vida, tu día a día, y me agota, claro que no te lo digo. El agotamiento me lo produce el sentirte que eres una sombra de lo que fuiste.

Aun recuerdo aquellos años en la Universidad, con tu falda de volantes al aire, tu sonrisa simétrica, tus ganas de hacer siempre algo, algo.... y a poder ser algo que sirviera para intentar cambiar este mundo.

Ahora me dices mientras continuamos sentados en este bar, que si he visto lo que le está sucediendo a Japón, primero fue Haití. Y yo te digo Haití todavía sigue siendo.

Aunque me lo quieras ocultar sabes que no puedes, una lagrima de que mierdas ha pasado con el mundo, con mi vida, corre por tu mejilla. No, no estás constipada.

Me dices que si no me importa tomarme otra, que creías que tenías prisa pero ya no la tienes. Hoy hago una excepción. Que el mundo me espere por un momento, creo que me lo merezco.

Entonces yo quiero decirte todo lo que te mereces y podías haber logrado si hubieras seguido siendo esa mujer que conocí hace ya creo que más de diez años, y como pasa el tiempo. Y lo callo todo, y tan solo te digo. Ahora vuelvo voy a pedir otra ronda. ¿Lo de antes?. No, pero no lo de antes, sino lo de siempre.

Es esa sonrisa ahora escalonada, la que nos traslada por un momento al pasado, a ese pasado cuando descansábamos nuestros cuerpos fatigados después de asambleas, y clases perdidas, en la cama de tu compañera de piso porque la tenía más grande que la tuya y nunca aparecía. Era lo más similar a un fantasma que me he encontrado en mi vida.


Lo supe desde el momento en que traje la segunda ronda, tú lo de siempre, y yo también. Lo vi en tus ojos, y sabía todo lo que iba a suceder desde entonces, con un riesgo, saber que después de eso nunca más nos volveríamos a ver.

Al menos eso fue lo que me dijiste cuando al día siguiente te levantaste de mi cama sin hacer ruido, y me dejaste una nota donde decías: “Fue maravilloso volver al pasado. Pero sabes que la terrible consecuencia de esto es que jamás podremos volvernos a ver. Ya no quedan más bares para nosotros....Entiéndeme, si puedes. Tengo dos hijos y un marido. Y no estoy preparada para volver a enamorarme de ti”

Siempre nos quedara ese bar, apuntas como posdata. Yo añado algo más, siempre me quedara el olor de tu cuerpo desnudo, y esta vez te prometo no perderlo de nuevo.

1 comentario:

  1. estoy segura de que en unos años seré yo quien tenga este encuentro con alguien! me encantó!

    ResponderEliminar