Te busque por todas partes sin yo saber que te buscaba, que te necesitaba, pero no deje de hacerlo. Quizás porque en las noches que me quedaba solo, y descubría que a veces es más peligroso sentirse solo que estarlo, tú eras quien anidaba mi nostalgia, tus labios, tus pechos bajo ese sujetador que siempre te ponías para los momentos especiales, o al menos eso me decían las tácticas que usabas para dejarme llevar a cualquier parte, porque éramos jóvenes, y todo era mucho más sencillo. Qué nos preocupaba, un examén aprobado, ya ves, que sencillo, con lo complicado que ahora es todo, o lo complicado que lo hicimos, incluso la plata siempre presente, siempre autoritaria y dictatorial, no dejábamos que nos marcara, que endureciera nuestro destino. No como ahora, que solo aprendí una cosa, que aquellos que dicen que el dinero no da la felicidad son normalmente quienes no tienen problemas con él.
Ahora estoy aquí, después de tantos años, teniendo la grata oportunidad de saber que me vuelves a escuchar, a sentir, a corregir mi pedantería, mi tristeza, mi eso que me aterra y no sé ponerle nombre, porque quizás no lo tiene o no quiero averiguarlo para que no me asuste tanto, malditos vicios que agarre, pero ahí estás tú, ahora lo sé lo que te hacía diferente a las demás, no era la belleza tal como nos la han intentado imponer, impartir, porque claro que eres bella, pero es una belleza vulnerable, real, no creada de artificio, de ese artificio que nos deja a casi todos gilipollas ante una imagen, falsa, corrompida. Porque la belleza es más que un patrón, es recuperar la sonrisa con la facilidad que tú lo haces, y saber siempre conjugar la alegría, quizás por eso te va tan bien, seguro....
Sabes, si ahora pudiera te llevaría ahí a donde descubrí la mejor manera de estar, de sentirse bien con uno mismo, con los demás, de acercarse a una paz que todos necesitamos, como una especie de un mundo mejor, pero que yo sepa hasta ahora no existen billetes para dos al unísono, tendrás que encontrar tu propio camino, aunque no está lejos, es el lugar más cercano a la luna, por eso quizás lo llamo estación lunar. Sabes al principio es complicado llegar, incluso me perdí muchas veces, demasiadas, pero al final encontré el camino, aún no recuerdo como, ni creo que llegue a recordarlo jamás. Incluso tiene varias variantes, es decir cada vez que vas puedes elegir un recorrido diferente, no tiene porque ser siempre el mismo. Tan solo tienes que cerrar los ojos y llegar hasta él. Así de sencillo, de simple, está dentro de nosotros, y por eso te volví a encontrar, por eso, porque eres tan irreal para el mundo de asfalto, como de real lo eres dentro de la estación lunar.
Por eso mañana, si quieres, reservo un lugar en la cara oculta de la luna, me dijeron que ahí se encuentra el mejor restaurante que jamás puedas llegar a imaginar, y que luego hay baile para dos, y podemos descorchar por precio lunar una buena botella de champan, y beberla toda la noche, para luego llevarte a un lago, un lago lleno de estrellas, y de aguas cristalinas, y hacerte allí el amor, como desde hace tantos años soñé que te lo volvería hacer, porque eso es lo hermoso de la estación lunar, descubrir que todo te ha ido perfecto, que eres la misma de siempre, que la vida no te maltrato demasiado, que supiste hacerlo todo tan bien que lo envidio, que ojalá mañana cuando me levante entre los bloques de hormigón y en la era del aire acondicionado, tuviera el valor suficiente de escribirle a mi jefe el siguiente mensaje: “Perdone, señor jefe, pero hoy no puedo ir a trabajar porque tengo que hacer a una chica feliz”. Y esa eres tú, aunque no lo sepas.
Ahora estoy aquí, después de tantos años, teniendo la grata oportunidad de saber que me vuelves a escuchar, a sentir, a corregir mi pedantería, mi tristeza, mi eso que me aterra y no sé ponerle nombre, porque quizás no lo tiene o no quiero averiguarlo para que no me asuste tanto, malditos vicios que agarre, pero ahí estás tú, ahora lo sé lo que te hacía diferente a las demás, no era la belleza tal como nos la han intentado imponer, impartir, porque claro que eres bella, pero es una belleza vulnerable, real, no creada de artificio, de ese artificio que nos deja a casi todos gilipollas ante una imagen, falsa, corrompida. Porque la belleza es más que un patrón, es recuperar la sonrisa con la facilidad que tú lo haces, y saber siempre conjugar la alegría, quizás por eso te va tan bien, seguro....
Sabes, si ahora pudiera te llevaría ahí a donde descubrí la mejor manera de estar, de sentirse bien con uno mismo, con los demás, de acercarse a una paz que todos necesitamos, como una especie de un mundo mejor, pero que yo sepa hasta ahora no existen billetes para dos al unísono, tendrás que encontrar tu propio camino, aunque no está lejos, es el lugar más cercano a la luna, por eso quizás lo llamo estación lunar. Sabes al principio es complicado llegar, incluso me perdí muchas veces, demasiadas, pero al final encontré el camino, aún no recuerdo como, ni creo que llegue a recordarlo jamás. Incluso tiene varias variantes, es decir cada vez que vas puedes elegir un recorrido diferente, no tiene porque ser siempre el mismo. Tan solo tienes que cerrar los ojos y llegar hasta él. Así de sencillo, de simple, está dentro de nosotros, y por eso te volví a encontrar, por eso, porque eres tan irreal para el mundo de asfalto, como de real lo eres dentro de la estación lunar.
Por eso mañana, si quieres, reservo un lugar en la cara oculta de la luna, me dijeron que ahí se encuentra el mejor restaurante que jamás puedas llegar a imaginar, y que luego hay baile para dos, y podemos descorchar por precio lunar una buena botella de champan, y beberla toda la noche, para luego llevarte a un lago, un lago lleno de estrellas, y de aguas cristalinas, y hacerte allí el amor, como desde hace tantos años soñé que te lo volvería hacer, porque eso es lo hermoso de la estación lunar, descubrir que todo te ha ido perfecto, que eres la misma de siempre, que la vida no te maltrato demasiado, que supiste hacerlo todo tan bien que lo envidio, que ojalá mañana cuando me levante entre los bloques de hormigón y en la era del aire acondicionado, tuviera el valor suficiente de escribirle a mi jefe el siguiente mensaje: “Perdone, señor jefe, pero hoy no puedo ir a trabajar porque tengo que hacer a una chica feliz”. Y esa eres tú, aunque no lo sepas.
Si esa chica te lee se va contigo a la Luna y al fin del mundo si se lo propones. Se va a donde le digas con tal de ir contigo. Estoy segura.
ResponderEliminarAyy! Cómo me gusta pasearme por aquí!
Besos.