DESAZÓN

Resacas infantiles, noches de insomnios, antes todo era más fácil, más sostenible, los cuentos de hadas se hacían realidad, y campanilla no era tan difícil de alcanzar como en este momento. Ahora apuras el último vaso de la tristeza, conmovido porque ha dejado de sonar de fondo el último latigazo que queda de los de Liverpool, y me pides un poco de hierba, mientras me dices parecemos quinceañeros, quince años después, seguimos con los mismos comportamientos estúpidos, son pocos los que dejamos atrás, continuamos encontrándonos en los rincones más oscuros con litros de alcohol que nos revientan las neuronas, hablamos de ellas porque siempre las echamos de menos, todavía de vez en cuando se nos cae una lagrima por la revolución que no pudo ser y que jamás hicimos nada para que fuera, más bien lo contrario, dejarnos revolcar por el ejercicio consumista, el camino más fácil y más estúpido. Hoy estamos más borrachos que ayer, y ahora los libros, las clases, las cambiamos por cubículos, herramientas de trabajo, y lamentablemente aprendimos que continuar soñando no tenía sentido, aunque nos siga enamorando el Imagine de Lennon, nos conformamos con menos de lo que deseamos, y siempre decimos que necesitamos un cambio, que no hay que seguir dejando pasar tantos trenes, que al final será esto para siempre, y sabemos que en cierta manera no lo queremos, tú lo sientes, vale, te tienes que emborrachar para creerlo, sino no hay forma, pero sabes que estás predestinado para algo más, y se queda pendiente, pendiente igual que los versos que escribes para luego quemarlos o romperlos porque te entra pánico de exponerlos y que otros encuentren el significado que les diste, algo que anhelas pero que absurdamente rechazas. ¿Qué nos paso....? Si, ella vino, y se volvió a marchar, normal yo hubiera hecho lo mismo aunque te joda.