EL RIO DE LAS FRONTERAS

Hoy la espera enfrente de la opera, en el banco que confluye el final del camino y el principio de las escaleras que bajan hasta el borde del rio, y desde donde a partir de las doce de la noche, si uno presta atención puede escuchar hablar a los arboles que circundan el paseo y escoltan al rio. Nada más verlo se deja caer en sus brazos, le saluda con un beso de esos que tan solo se pueden encontrar desempolvando las viejas videotecas, y le regala la mejor sonrisa que tiene y le dice si quiere un trozo de nube que hoy las tiene de fresa y otros colores.

Él le recuerda lo hermosa que está cuando se siente tan vital, con ganas de caminar descalza por el borde de la barandilla, y no le entra pánico que debajo del alambre no haya red que sostenga la posible caída, y ella le responde son las ganas de verte lo que me hace sentirme tan bien, así que no te vayas muy lejos o me perderé para siempre.

Bajan hasta el borde del rio y se suben a una pequeña barca que estaba atracada en un muelle fantasma, y ella le pregunta a donde me piensas llevar hoy, y él le contesta, te acuerdas esa vez que me hablabas de Lisboa, y de todos los lugares que volverías a visitar sin pensártelo dos veces, y yo te decía que lo único que sé de Lisboa es lo que he leído en libros, he escuchado en canciones, o he visto en fotografías y películas que algún día te enseñaré. Pues hoy ha llegado el día de tomarnos esa cerveza que alguna vez soñaste en el barrio alto, y en todos esos lugares que dejaste aplazados para que cuando volvieras te sintieras que fueran como la primera vez.

Río arriba, río abajo, y las fronteras que se comportan como si fueran espejos que tan solo hay que atreverse a traspasar, y descubrir lo que hay al otro lado, así tan fácil como creer que cada momento nos pertenece por más que a veces sea complicado pensarlo así, por eso le dice él a ella, los días son mucho más fáciles cuando siento que no tienes miedo y te entran ganas de abrazar la posibilidad de creer que mañana todo cambiará y será mejor, ahora déjate llevar por la corriente, que vamos a cambiar de ciudad.

1 comentario:

  1. ¡¡ Qué gran entrada!! ;)
    Te puedes creer que nunca he estado en Lisboa? puf he oído hablar del sitio, de la ciudad, de su arte, de su gente, pero nunca he ido por mis propios medios.
    Qué sepas, que la ópera es un lugar maravilloso, donde te puedes encontrar de todo, pero que sin el escenario no tendría sentido.
    Un beso :)

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