Introducción al big bang de ese mundo rómbico:
“A veces hay días, de esos donde el más insignificante detalle te saca de tus
casillas, como por ejemplo que de repente tu móvil se quede sin wifi, y piensas
que el mundo tiene algo en contra de ti, como si se estuviese configurando
alguna conspiración y tú seas la cobaya de ese experimento que se está
formalizando, a punto de firmarse los papeles burocráticos, y por lo tanto de
estallar todo tus planes en forma de trozos de cristales por el suelo, por un
estúpido y nimio detalle, quizás sea entonces, cuando por un momento te
gustaría viajar a un tiempo más primitivo que este, cuando se piensa que en el
pasado está la solución, cuando crees que no entiendes nada de lo que te rodea,
ni a las personas más cercanas y que más te importan, esas mismas que sabes o
al menos crees que te pueden ayudar a hacerlo todo más fácil, a ser mejor
persona, aunque a veces estés equivocado y de alguna de ellas no recibas lo que
esperabas, y en cambio otras te dan más de lo que pensabas, y luego estarán las
que nunca te imaginabas que podrían aparecer por tu vida, y ahí están, para no
dejar de sorprenderte día a día, y trasladarte a lugares que los sientes como
mágicos, y todo en cierta manera comienza a cobrar sentido rómbico…”.
Y tú estás, o dónde estás, y
yo estoy y donde estoy, somos X e Y con coeficientes tan diferentes, números
opuestos, tú en positivo yo en negativo y a la inversa, según como gire este
rombo en el que nos encontramos, ya has bañado tu arista, la has registrado a
tu nombre, yo sigo buscando la mía, y en ese camino siempre choco con la tuya,
y me repeles con insecticida, mala señal si crees que soy como las moscas que
rondan por tu café por las mañanas, creo no entender nada, y todavía menos tu
actitud de pedante, ni las telarañas que me nublan la vista no tengo ni puta
idea que hacen ahí, y entonces ahí en mitad de este mundo rómbico me miro en su
espejo gigante y descubro que el problema es que a quien no entiendo es el que
está al otro lado, es entonces cuando pienso en París, en ir hasta la luna, en
llevarte conmigo, en aterrizar en la arista perfecta, la que pliegue los
universos y me traslade a otro mundo rómbico donde tú no estés y así sepa dónde
estás, has visto una vez más mi mente se está volviendo irreversiblemente
incapaz de dejarse entender, creo que esta vez si clono no mataré a mi otro yo,
porque creo haberlo entendido, el viaje no está en ti (y a la vez es imposible
si tú no estás ahí), todo comienza en esa palabra que he encontrado con más de
doscientos mil sinónimos y ningún antónimo, bostezando me espera mi dragón
alado para comenzar a volar.
Saludos y gracias
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