Todos los lugares me recuerdan
que cansado estoy de que broten nostalgias del pasado y se queden flotando en
el aire, pesan las tardes las mañanas y las noches, no sé qué hacer, me sigue
molestando el ruido de los coches, los pasos torpes que da la civilización,
todas las pirámides que construí se derrumbaron, y entre los escombros me ahogo
por falta de oxigeno, por eso bebo demasiado por llenar ese vacío que dejaron
los calcetines amarillos. Te sentaban tan bien con tus zapatos negros y tu
paraguas rojo, el pelo recogido y eran esos días en los que tendías la mano
para que te la cogiese y mataba el aburrimiento amándote y haciéndote el amor.
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