Los secretos de la danza,
sobornabas al camarero, mirabas de reojo al tipo alto pelirrojo sentado en una
silla con las piernas estiradas y la mirada fija, te desplazabas con elegancia
por cada rincón y alrededor de cada mesa, cuando hacían amagos de tocarte los
esquivabas con naturalidad, los clientes repetían el mismo horario todos los
días que sabían que te podían encontrar, la única diferencia era que nunca
repetías vestido, trataba de hacerte recordar que nos conocíamos, que no éramos
unos extraños, hasta que te pregunté te acuerdas de aquellos campos de maíz que
cercaban aquellas misteriosas carreteras secundarias y dónde me contaste lo que
nadie sabía que allí había enterrados niños y niñas amputados y violados, a lo
que me respondiste mirando de reojo y con cara de odio a aquel tipo alto
pelirrojo y con las piernas estiradas. Tal vez habías dejado de olvidarme.
Saludos y gracias
No hay comentarios:
Publicar un comentario