EL HOMBRE DEL TRAJE AZUL



El silencio. El silencio unido a la cordura. Eso da una relativa inteligencia. Siempre quería tomar arroz. Decía cuando hablaba (que era escasamente), que las aguas del mar le robaba todo lo que tenía, pero que no le importaba. Si le preguntabas que dónde había aprendido a bailar te respondía: "En un sitio lleno de amor". Muy lejos de aquí. En el tiempo que es peor que en la distancia porque lo primero no se puede volver a alcanzar y lo segundo siempre tienes una segunda oportunidad. Amaba la belleza de las pequeñas cosas. Si lo querías encontrar estaba normalmente las horas que caía el sol en el paseo junto a su compañero de armónica y con un cartel que ponía en el suelo: Si quieren un momento de felicidad bailen conmigo.

Hoy está debajo, en lo profundo del océano, con el traje azul que siempre llevaba puesto y como decía él seguro que su musa al verlo se ha acordado de él y ha dejado de ser gusano para transformarse de nuevo en lo más hermoso que tuvo en vida.

Saludos y gracias

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