Le mira como si una colonia de
hormigas estuviese a punto de invadir su espíritu:
- ¿No volveremos a ser,
verdad?
- Supongo...
- Corre que te alcanzaré....
Y un dardo silba paseándose
entre las nubes tratando de celebrar la liberación de las manos que le tenían
retenido.
Cuando está lo suficientemente
lejos la colonia de hormigas cambia su trayecto, dándose la vuelta dispuestas a
cruzar el espejo que crea su sombra sobre el asfalto, y ahora ya sabe que es su
turno para empezar a correr antes de que sea demasiado tarde.
Saludos y gracias
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