NOTAS OLVIDADAS 4.1



"Hay niños que no saben que hay pájaros que se encierran en jaulas". Lo dice sin haberse quitado el sombrero al entrar, sentado delante de un bote de kétchup y otro de mostaza mientras lee la carta sin tener muy claro lo que pedir.

- ¿Pagarías dinero por pasar una noche con una niña de 18 años?

- Si te dijera que sí pensarías que soy un enfermo- Le respondo.

Había empezado a estudiar una carrera en la universidad, no me acuerdo cual era, pero eso nunca fue importante. Nunca me hizo falta pagarle nada, más allá de cuando le invitaba a cenar, o algún que otro viaje que hicimos, fueron unos meses, lo pasamos muy bien. Me hizo volver a sentirme vivo, joven, hasta que un día la cagué. Fueron después de dos botellas de vino, no sé lo que me pasó, si me subieron de más o me sentaron mal, pero desnudos como estábamos en la habitación de un hotel en uno de esos viajes que te he dicho que de vez en cuando hacíamos se metió dentro de mí la melancolía barata y le dije: "Esos que anuncian que te dan un préstamo para que cumplas tus sueños, en verdad lo único que acaban haciendo es que los niños acaben descubriendo que hay pájaros que viven toda una vida encerrados en jaulas hasta que mueren de tristeza y todavía peor, cuando se hagan adultos les acabaran quitando todo aquello que les pertenece aunque quizás ni lleguen a saber que les pertenecía algo".

Ya ves, y ese fue solo el principio del paisaje de mierda que le mostré con mis malditas palabras, nunca lo debí de hacer, se asustó, no le gustó. Cuando volvimos del viaje y la dejé en su casa nunca más quiso saber de mí, no la culpo, ahora lo sé, jamás le tuve que decir lo que le dije de esa forma, quien soy yo para hablarle como le hablé, con esa prepotencia que escupe el maldito cansancio acumulado por las cosas que no salen como uno quiere. Cuando quizás ella podía haber sido una de las pocas afortunadas que en toda una vida no tiene porque sufrir como lo hemos hecho algunos.

Saludos y gracias

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