TIENDA DE REGALOS



Agarrado dentro de ti por el miedo a que se evapore el charco de agua dulce que dejó lo perdido, el olvido, los tranvías que llevaban a algún lugar con sentido, de sabanas revueltas y olor a vida, a cuerpos que se extrañan si siguen direcciones opuestas, algo así tal vez hubiese sucedido si cuando nos encontramos por primera vez hubiésemos llevado un cartel que hubiese dicho: "Estaremos bien en cualquier parte".

Tú trabajas en una tienda de regalos, los disfrazas con papeles de colores y un lazo como si fuese una gota de amnesia en un vaso que no podemos dejar de beber, una y otra vez, una y otra vez, quiero creer que hay cosas hermosas que nunca dejaremos de saber cómo nos hacían sentir, igual que el doblar las servilletas, y dejarlas listas antes de empezar las cenas que llevan un asterisco en el calendario, claro que nunca fui de doblar servilletas. Lo que más feliz te hace es esa gente que después de dar una vuelta por la tienda y le preguntas que quiere te contesta: nada, solo estaba mirando. Y tú le respondes los reyes magos no existen.

Saludos y gracias

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