MIRADAS TÍMIDAS



Nos dijimos sin palabras que seríamos.... Es más, surgieron de sus silencios carbón, oxigeno, los moldes moleculares suficientes para transformar unas miradas cómplices, que no se temen, no se caducan, no se asustan y les atraviesa una constante, en algo tangible, irrompible.

También es cierto, que no recuerdo bien si fue su miedo o el mío el que dijo: Nos llamamos un día de estos, estamos en contacto.

Después de un abrazo tímido, direcciones opuestas y los imperios continúan en pie.

Saludos y gracias.

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