RELOJES QUEBRADOS

Relojes quebrados
puertas que se cierran
extraños en un tren
y casi en cuarentena
porque el mundo se ha puesto
en pie de guerra.

Y tú que sigues
sin fijarte en mí
ni tan siquiera
cuando saco
un conejo de la chistera
y todo el mundo
me aplaude, menos tú.

Sacos de arena
grilletes en las extremidades
primaveras disecadas
inviernos eternos
hace mucho tiempo
que dejamos de ver el sol.

Y tú y yo que hicimos un trato
detrás de unas copas de más
sin cadencias, ni cláusulas
que comprometieran a nada.
Un día que llovía más de lo normal
te marchaste sin decir
ni tan siquiera adiós.

“A veces es curioso como noticias que escuchas, oyes, te llegan, las canalizas como mejor se puede. Una historia triste, ajena a mí, que ni tan siquiera tiene nada que ver con estas líneas, pero que en cierta manera se escupe en estos versos.”

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