A lo mejor hoy hay un tornado, decías mientras el viento rugía más fuerte de lo normal. Quizás así se lleve la fiebre que cubre a esta ciudad. Desde hace tiempo que está demasiado enferma.
Luego me confesaste que a veces te entran ganas de matar, y matizas cuando ves mi rostro desencajado. Ganas de matar a la impotencia.
¿Bailamos? ¿Qué sentido tiene bailar ahora? Siempre tiene sentido, de hecho es lo único que siempre tendrá sentido me dices mientras me agarras de la mano y me paseas por el salón, con pasos torpes al ritmo que suena de fondo. No recuerdo que había puesto.... Pero no desencajaba.
Ya no modulo la frecuencia, la frecuencia está distorsionada. ¿De qué frecuencia hablas? Te preguntaba. Siempre hay una frecuencia, ¿Acaso tú has perdido tu frecuencia? Era tu respuesta entre los paréntesis que hacíamos cuando dejábamos al porro descansar, prender, apagarse. Para volver a nacer.
Eso me lo enseñaste tú.....
¿El qué...? Que cuando algo se apaga es porque está preparado para volver a nacer.
¿Y tú quieres apagarte? Solo si es a tu lado. No digas tonterías y me mirabas traviesa mientras al levantarte el vestido se te enrollaba y ensañaba una parte de tu nalga. Allí haría Sushi lo pensaba en voz alta.
Luego preparabas otro cóctel, yo liaba otro porro, un trozo de tarta y una pausa para las palabras.
A lo mejor hoy hay un tornado así era como te gustaba retomar las conversaciones. Aunque jamás supe la verdadera conexión entre tú y los tornados. Quizás eso fue lo que te llevo tan lejos de todo, un tornado, sin saber si maldecidlo o más bien todo lo contrario.
¿Cómo te encuentras....? Le pregunto. Bien cuando recuerdo las partes inestables de los viejos tiempos. Siempre me dio vértigo la estabilidad.
¿Y porque no vienes? Aún queda un trozo de tarta, los ingredientes necesarios para preparar un cóctel, y algo de marihuana para fumar.
Siempre serás un clásico, pero para que cambiar, hay quien es mejor que no cambie nunca o porque no está preparado o porque sobrevive mejor con las costumbres del pasado, y tú quizás eres uno de esos. Yo en cambio....
¿Puedo decirte...? No digas nada. Mejor saberlo callándolo todo. Dices, mientras observo por la cámara que el tiempo no ha pasado factura a tu belleza, también esto lo pienso en voz alta.
A lo mejor hoy hay un tornado, aquí al menos el viento está soplando demasiado fuerte. Mientras con una bocanada de humo empapas la pantalla. Y esta vez la pausa a las palabras no va acompañada de un cóctel, un trozo de tarta y un porro a pachas.
¿Dónde estamos? Te pregunto mientras me despierto abrazado a tu cuerpo desnudo, y lentamente comienzo a besarte el pezón izquierdo. Siempre me gusto más que el derecho. Manías sin importancia.
Es el futuro.... Me dices mientras atrapas tu mano en mi pelo desorientado y revuelto por haber vuelto a dormir a tu lado.
¿Cómo ha sucedido? Me pregunto mientras vuelvo a jugar despacio a enredar tu cuerpo entre las sabanas.
Porque hoy ha habido un tornado me contestas, mientras observo que en la mesilla de noche hay un trozo de tarta, un cóctel para dos, y un porro perezoso y preparado para prender.
Entonces pienso, el futuro puede que no sea tan malo como pensaba.
Luego me confesaste que a veces te entran ganas de matar, y matizas cuando ves mi rostro desencajado. Ganas de matar a la impotencia.
¿Bailamos? ¿Qué sentido tiene bailar ahora? Siempre tiene sentido, de hecho es lo único que siempre tendrá sentido me dices mientras me agarras de la mano y me paseas por el salón, con pasos torpes al ritmo que suena de fondo. No recuerdo que había puesto.... Pero no desencajaba.
Ya no modulo la frecuencia, la frecuencia está distorsionada. ¿De qué frecuencia hablas? Te preguntaba. Siempre hay una frecuencia, ¿Acaso tú has perdido tu frecuencia? Era tu respuesta entre los paréntesis que hacíamos cuando dejábamos al porro descansar, prender, apagarse. Para volver a nacer.
Eso me lo enseñaste tú.....
¿El qué...? Que cuando algo se apaga es porque está preparado para volver a nacer.
¿Y tú quieres apagarte? Solo si es a tu lado. No digas tonterías y me mirabas traviesa mientras al levantarte el vestido se te enrollaba y ensañaba una parte de tu nalga. Allí haría Sushi lo pensaba en voz alta.
Luego preparabas otro cóctel, yo liaba otro porro, un trozo de tarta y una pausa para las palabras.
A lo mejor hoy hay un tornado así era como te gustaba retomar las conversaciones. Aunque jamás supe la verdadera conexión entre tú y los tornados. Quizás eso fue lo que te llevo tan lejos de todo, un tornado, sin saber si maldecidlo o más bien todo lo contrario.
¿Cómo te encuentras....? Le pregunto. Bien cuando recuerdo las partes inestables de los viejos tiempos. Siempre me dio vértigo la estabilidad.
¿Y porque no vienes? Aún queda un trozo de tarta, los ingredientes necesarios para preparar un cóctel, y algo de marihuana para fumar.
Siempre serás un clásico, pero para que cambiar, hay quien es mejor que no cambie nunca o porque no está preparado o porque sobrevive mejor con las costumbres del pasado, y tú quizás eres uno de esos. Yo en cambio....
¿Puedo decirte...? No digas nada. Mejor saberlo callándolo todo. Dices, mientras observo por la cámara que el tiempo no ha pasado factura a tu belleza, también esto lo pienso en voz alta.
A lo mejor hoy hay un tornado, aquí al menos el viento está soplando demasiado fuerte. Mientras con una bocanada de humo empapas la pantalla. Y esta vez la pausa a las palabras no va acompañada de un cóctel, un trozo de tarta y un porro a pachas.
¿Dónde estamos? Te pregunto mientras me despierto abrazado a tu cuerpo desnudo, y lentamente comienzo a besarte el pezón izquierdo. Siempre me gusto más que el derecho. Manías sin importancia.
Es el futuro.... Me dices mientras atrapas tu mano en mi pelo desorientado y revuelto por haber vuelto a dormir a tu lado.
¿Cómo ha sucedido? Me pregunto mientras vuelvo a jugar despacio a enredar tu cuerpo entre las sabanas.
Porque hoy ha habido un tornado me contestas, mientras observo que en la mesilla de noche hay un trozo de tarta, un cóctel para dos, y un porro perezoso y preparado para prender.
Entonces pienso, el futuro puede que no sea tan malo como pensaba.
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