ESTOCOLMO



Estocolmo dicen que está a la vuelta de la esquina, no sé, hoy es Estocolmo, mañana, ya veremos, todavía es pronto para predecir lo que pasará. Justo hoy lo pensaba, mañana cierra tu maleta que tienes perdida entre los viejos trastos que no usas a menudo, y vámonos hacía allá, quedemos a mitad de camino, allí lo más cerca posible que jamás estaremos del Ártico al menos por ahora, lo que vendrá todavía queda muy lejos, y lo mejor sería no darle demasiadas vueltas.

Vaguemos juntos por su estación de trenes, abracémonos cuando sintamos más frío del que podamos soportar, y deja que te acaricie tus labios cuando me acerque demasiado, luego ya veremos, aunque el día cada vez es más corto no nos tendría porque importar, improvisaremos algo cuando tengamos que descodificar códigos que están pendientes de que los exploremos, no te preocupes si nos perdemos con frecuencia porque nos hará sentirnos bien, has visto en el mapa nuestro nuevo destino aparece en mayúsculas, eso debe de ser una buena señal.

Ahora es Estocolmo, no tengo ningún plan mejor, se me ocurrió de repente, cuando al vecino se le rompió el televisor y la única compañía que tenía se le quedó en silencio, que triste es la visión de la soledad ajena, tuve que romper unos cuantos platos para que supiera que no estaba solo, y entonces comencé a verlo todo claro, nosotros aquí aburridos, cansados, agotados de tantas repeticiones absurdas, y me dije antes de sucumbir al síndrome de Estocolmo con esta ciudad, huyo, corro, y el destino que se asomó detrás de tanta ansiedad fue el propio nombre del síndrome que quería escapar.

Cuando lleguemos a Estocolmo, nos encontremos cara a cara con un nuevo alfabeto, nuevas formas, señales, acostumbrarse de nuevo a que todo resulte otra vez demasiado extraño, que sensación más pegadiza, entonces no será mala idea empezar a pensar en que los azares hagan su papel, y a su manera nos dejen caer un nuevo destino, porque ahora es Estocolmo, pero eso no significa que sea para siempre, mañana ya veremos, todavía es temprano para pensar en ello, mientras tanto, acércate a mi lado, más, más, que te extraño demasiado, y a veces te siento como Estocolmo, un punto que forma parte de un mapa que no sé cómo llegar hasta él.

1 comentario:

  1. ¡¡Qué entrada tannn bonita!! dan ganas a una de coger la maleta y ponerse a viajar!
    Ojalá pudiera irme yo también a Estocolmo! :)
    Un abrazo!!! y síguenos contando!!!

    ResponderEliminar