DICIEMBRE

Abre la puerta y verás que detrás se esconde una nueva oportunidad, esta vez lleva nombre, diciembre, dicen que el blanco siempre llega a tiempo para rescatarlo. Quizás por eso hoy fue el último día durante una larga temporada en el cual el mundo se levantó marrón. No estaba feo, pero eche de menos tu café, y tú allí sentada al otro lado de la mesa, mientras me observabas exprimir las últimas naranjas que quedaban. Tendré que ir a comprar, mañana quizás... se lo digo a mi propio olvido. Ya ves, mientras tanto, te caligrafió lo que nos deparará a partir de mañana.

Tendremos que esperar porque nada viene corriendo, por más que nos demos prisa, hay que aprender a pararse y ver, e imaginar, en este caso tu sonrisa perfecta para ese momento en el que te diga hola como estás, tanto tiempo esperando y al final estoy aquí. Ahora me queda creer que será diciembre el que nos encuentre, vagando entre dos universos que quieren colisionar para crear uno nuevo, y es tan fácil quedarse aquí sentado y escribir letras sobre todo ello, por ejemplo cuando te cuente que hermoso fue aquel día que vi por última vez el mundo de color marrón, y te recordaba sin saber cómo describirte, porque es imposible inventarse la arquitectura de tus susurros, de tu piel, de esas cosas que necesitamos sentir tan de cerca para darle forma, o como sin saberlo sentía que puedes rellenar ese vació que deja las noches en las cuales me siento más solo de lo normal. Entonces te darás cuenta perfectamente que me estaré refiriendo a hoy.