DESENCUENTRO

Era fácil, muy fácil, se dijo durante mucho tiempo, rodaja de limón, un poco de Martini y déjame que te oiga como suena tu voz fuera del skype. Por eso quizás, se atrevió a cumplir las palabras que se decían esas tardes de domingo lluviosas, y que recuerdan más que nunca lo que pesa la densidad de la soledad.

Se encontraron por casualidad, si no fuera así, todo hubiera salido bien, tan solo el destino es el que al final te lleva al engaño, por eso la suerte tarde o temprano nos resulta tan esquiva, decía en Do mayor, en todos aquellos bares que se había encargado de cerrar. Él escribía en su muro y ella le reto a que se quitara la máscara, quien había detrás de esas palabras que encerraban tantos silencios ocultos, tantas pociones mágicas evaporadas, tantas manchas en interrogantes y exclamaciones llenas de ojalas y jamases.

Luego vinieron aeropuertos, lugares elegidos por azar, frío en las antípodas, quedaba tan lejos la derrota cuando se embarcó en la incertidumbre, hasta que llegó al punto que marcaron con equis en el mapa del tesoro que se habían creado entre los dos, y lo único que se encontró fue la maldita sombra del otro lado, de todo aquello que hubiera podido ser y al final ya se sabe, todo lo que creía tener se perdió por rincones y agujeros que es mejor olvidar cuanto antes.

Era fácil, muy fácil, se decía ella, esperaba a que él llegara al punto de encuentro, ya estaría ahí esperandolo, con la ansiedad provocada por el encuentro fortuito que los dos habían arreglado después de creerse el uno para el otro, en aquellas horas en que no había nada más importante que llegar a casa, enchufar el ordenador, y esperar a que estuviera conectado para poderle contar de manera subliminal que todo era más fácil cuando hablaba con él.

Aviones, retrasos, mensajes traspapelados, y algo muy sencillo, no te marches, no te marches, que te prometo que llegaré, aunque sea más tarde de lo que te puedas llegar a imaginar, ahí estaré, demasiado tarde, planes rotos por la mitad, y las ganas de descubrir que hubiera pasado si él hubiera averiguado que esa rodaja de limón es la que estaba esperando desde hacía mucho tiempo.

Ahora solo les queda esperar que alguien apriete reset para que todo vuelva a empezar.

1 comentario:

  1. No hace falta que alguien toque el Reset para comenzar... No seas negativo!
    Felices fiestas! y que disfrutes de los tuyos!
    Un abrazo

    ResponderEliminar