TRAGICOMEDIA EN COLAPSO VIRTUAL

Tus ojos reclaman una tragicomedia en colores de plata, ayer lo veías todo claro, y ahora crees que el mañana no tiene ningún sentido. Déjalo estar, vámonos ya, hace falta aprender a marchar, que este lugar nos está haciendo daño. Maldita cordura servicial.

Es invierno y se cae el mundo sobre nosotros, que pasará que no tenemos ganas de respirar cuando nos falta el aire, maldita sea, salgamos adelante, una vez más, una vez más creamos en Superman sin Kryptonita.

La bifurcación de lo que pudimos ser y no somos se cierra, no hay que arrepentirse de nada, sino estamos perdidos, pide más cerveza, más que el colapso está detrás de la espuma. No lo puedo negar, ni siendo las cosas no salen como deberían, llaman a la puerta, golpean cada vez más fuerte, replican con mazo, no abras que ahora no tengo ningunas ganas de abrir a lo que fue.

Daltonismo encerrado en nocturnidad, historias empotradas contra la pared, escritos que se queman con el olvido, maldita liturgia, maldita quien nos embrujo con juegos de metal, el ecosistema estaba lejos de entender las reglas, por eso quizás, por eso y muchas otras cosas todo se evaporó. Agrupo trozos, que rescaten, no recuerdo cuando, necesito más, y más, no tienen nada de eso, me hacía sentir tan bien. Estaba todo encerrado en papel, se fumaba y tú me enseñabas que las ecuaciones siempre tienen más de una incógnita, y una de ellas está escrita en Morse. Porqué, porqué llegamos tan tarde a todo lo que tuvimos que aprender mientras el mundo prendía.

Ahora quedan en silencio las ganas del barro, del que será envueltos en espuma pro kryptonita, mis alas me las cortaron las manchas en tu memoria, tu fácil olvido de aquello que arrastramos en papel de liar, las cortinas ya no tiene sentido correrlas, no tengo nada que ocultar, tu intimidad quedo perdida en heridas que reclaman esta maldita tragicomedia virtual.

Ayer era un algo, tú sabes, quizás un sentido, a esta sinfonía que se atraganto por culpa de una nota, de una desilusión que arrancaron un dolor infinito en mis tímpanos, y era tan sencillo, tú te aguardabas entre mantas de cartón, y yo las convertía en realidad, no sé como decírtelo, tan sencillo como que te dejarás abrazar, yo a tu lado, tu cabeza apoyada en mi regazo cansado de tanto luchar sin nada en concreto, y la marea suavizando lo que creía que me hacía mal, poner play, escuchar el colapso inicial y luego dejarnos llevar, no es tan difícil entrelazar un día mejor entre dos labios que se quieren escuchar.

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