ECHAR DE MENOS

Maldita sea que bien lo he aprendido, que bien he aprendido a mentirme, a fingir que todo va bien, a creer que volveré a ver tus pies descalzos saliendo de la ducha, a que un día de estos volverás a llamar al timbre, y con una pizza en la mano me dirás, comemos o a que esperas. A que le daremos juntos cuerda al despertador para que nos vuelva a despertar una vez más, y al día siguiente le hagamos callar mientras nos ocultamos entre las sabanas, en ese lugar donde encontrábamos el orden perfecto de las cosas, a ver juntos como nieva mientras en Argentina es verano, y tus zapatillas de ir por casa dejan las huellas que nos prometimos que jamás serán borradas.

Maldita sea que bien lo he hecho, la próxima vez que deje un mensaje en tu contestador, o te encuentre por la calle y te invite a un café invernal, te podré decir perfectamente sin que se me note que te estoy mintiendo que ya no te echo de menos.

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