SANTIAGO DE CHILE


Habíamos descubierto que los mejores atardeceres, estaban esperándonos cuando te recogía a la salida del trabajo, y ya se había escondido debajo de las piedras los alacranes, el cielo se cubría de color purpura, y caminábamos por las aceras de las calles que poco a poco se iban quedando desiertas, tú me hablabas de tus aventuras por Santiago de Chile y como te gustaría volver ahí, que echabas de menos, cuando pensabas que la necesidad de encontrar un buen laburo jamás nos pondría en jaque, que deberían existir otras maneras de vivir la vida, sin estar pendientes siempre, siempre de las condiciones de un maldito contrato.

 Que en Santiago me dices que te encantaría enseñarme todos los pequeños escondrijos que descubriste por ti misma, que no sería ninguna mala idea juntarnos en algún rincón que no pertenece a los turistas, y compartir unas cuantas jarras de cerveza, pedir algo para engañar al apetito, y escarbar en algún garito una buena banda de rock que salpique nuestras conciencias.

Ahora bajamos por las escaleras que llevan al metro, cogeremos la línea azul que te lleva cerca de tu casa, andaremos dos cuadras más, me confesarás que Santiago crees que te cambio la vida a mejor, pero que ahora si volvieras sabes que ya nada sería como antes. Como todos los miércoles te pedirás una ración de arroz frito en el puestecito del chino que hace chaflán, y una vez más te dejaré en la puerta de tu portal, apunto de despedirme, hasta que nos envuelva la misma rutina, y me invites a soñar con Santiago, solo que esta vez antes de que me vaya, me preguntas con mirada sería, cuando tienes pensado besarme.

Saludos y gracias

2 comentarios:

  1. Que lindo es recorrer lugares lejos del turismo...
    Ahora me queda al intriga que paso a la pregunta final
    Un abrazo

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