Me saltaré la rueda del
tiempo, las leyes físicas que se impusieron entre nosotros dos, y primero me
iré muy lejos, muy lejos, en busca del Eco, como si se tratara de una cruzada
personal.
No sé en qué estado dejaré las
cosas una vez vuelva, si habrá habido más metamorfosis de las que podamos
resistirnos, si las sillas azules que compramos en IKEA habrán dejado de bailar
cuando ponías “La cabalgata de las Valkirias”, y nos preguntábamos qué querrán invadir.
A mi regreso, no sé ni tan
siquiera si me estarás esperando, si te habrás tomado como una ofensa mi marcha
y quizás hayas compartido algo más que clases de violín, con ese profesor tuyo,
que me recordaba a un mafioso ruso que había visto en alguna película de cine
negro, y tú me contestabas que a mí lo que me pasaba es que estaba celoso.
Pero el caso es, que cuando
vuelva, haya sucedido lo que haya tenido que pasar, solo te pediré un momento,
una pausa, para que me escuches una vez más, y aunque sabes que estoy harto de
tener que ir dando siempre explicaciones, esta vez no se tratará de eso, simplemente
te recordaré que no me fui como se suele ir la gente que huye, que me asunte
para encontrar el Eco, y eso, eso es algo muy grande.
Saludos y gracias
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