Será la tormenta de Julio, el
fin de fiesta que nos inventamos y se acabo, el par de zapatos que vi que
tirabas a la basura, junto a ese vestido que te sentaba tan bien los días que
te querías reír de la tiranía que nos acecha cada vez que se baja el telón.
O quizás será que abandonamos
las maletas que estaban listas para partir, y se mojó la tinta del borrador
donde dibujamos con tirabuzones la escapada perfecta, convirtiéndose en perjudicial
el mismo techo que nos cubría, era hora de mudanzas, a pesar de que seguía
apeteciendo tanto quedarse en el salón y escuchar una y otra vez el viejo
tocadiscos que compramos a medias en una tienda de segunda mano.
No sé que será, pero el caso
es que hoy las letras surgen apagadas, como si no tuvieran voz, como si
hubieran perdido el tacto de la última expresión, si te fijas en el trazo, no
está esa timidez escurridiza que tantas sonrisas te rescataban en las noches
más tristes, falta ese aliento de rebeldía que nos hacía más fuertes, mientras
me asomo a la ventana, y me digo a mi mismo mientras acaricio a Libre, que
será, que será del futuro cuando la tormenta pase, quizás deje de tener las
migrañas del presente.
Saludos y gracias
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