Dejas de andar, porque haces
un simulacro de la levitación, de ver fantasmas donde no los hay, de que los jeroglíficos
se conviertan en un acertijo, de que los problemas nos hagan sentirnos unos
perdedores, de que el mundo se agote, maldita sea lo hicieron tan mal, y me
dices hay que dejar que se caigan, que se derrumben.
Estereotipos llenos de
errores, besos que se maldicen porque no se dieron, y odios que surgen porque
maldita sea, nos dejamos llevar por sus cepos, ahora quizás entiendas cuando
pienso que no es tan mala idea apretar el detonador que haga el ruido
suficiente para que aquello que nos impide ser lo que somos haga crack, y beberé,
beberé, porque me siento solo, y duele, duele mucho llegar a casa y saber,
saber que no estarás para darme un abrazo.
Ahora cuando te veo descalza
sobre el parquet, por esa ventana que no cerraste, ahí estoy yo acechando
esperando a que jamás la cierres, y pareces tan feliz, cambiando el color de
las paredes, todo lo has vuelto tan alegre, se te siente mejor que nunca, estás
unos cuanto centímetros del suelo, a la altura del despegar hacía arriba de las
mariposas, y no sé si te lo he dicho, pero la gravedad cero te sienta tan
bien...
Saludos y gracias
Cuánto misterio abre o cierra una ventana...
ResponderEliminarUn saludo
Como aquel que se quedó esperando a que ella abriera la ventana...
EliminarUn abrazo