Acuno la noche teniéndote
entre mis brazos, todos los días cuando me levanto, salgo buscando ese viento
que te traiga cuando la luz se atraganta, se tiene que ir a descansar, y ahí
estás tú, y aunque siga sin entender los caminos que se me plantan delante, me
es suficiente con saber que andas de
vuelta. Déjame compartir tu sonrisa, que el río afuera anda revuelto, y no sé,
no sé qué hacer, ahora lo sé, una vez
más los pares ganaron a los nones, me lo recuerdan tus dedos que me desabrochan
la camisa.
Sigo sin averiguar cómo
quitarme la tristeza de lo que pudo ser y no ha sido, ver como se cierran los
ojos de la gente por culpa del cansancio que produce las derrotas, por eso me
es más que suficiente que me busques antes de que se alargue la madrugada para
que te abrece antes de que cojas el sueño, y aunque uno muchas veces no sabe si
lo está haciendo bien, me dices si finalmente decides tirarte al río, que sepas
que yo voy detrás contigo.
Saludos y gracias
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