NECESITO TU CUERPO DESNUDO



Sucede que a veces se acerca la noche, las ventanas se van cerrando en todas las casas, el aire bohemio que escupe la escarcha penetra hasta aclarar la malta oculta en el vaso de cristal, algunas heridas vuelven a supurar, en el buzón tan solo he encontrado la misma publicidad de siempre, y los números de las facturas impiden por un momento emprender ese viaje de ida, o todo lo contrario, terminarlo sin haberlo tan siquiera comenzado, igual que tampoco hay amapolas suficientes para desatar los azares de la alegría, las historias ajenas de amores sin retorno se hacen propias, y vuelve el recuerdo de aquella violinista que se subía a los tejados, llevaba zapatos de tacón de aguja, y fumaba haciendo círculos con cada calada, tan siquiera llegué a saber su nombre bolchevique, los versos no cuajan como me gustaría, y la lentitud de tu recuerdo se encuentra en aquel marco de fotos que a veces queda oculto detrás de libros que hablan de pasiones y como prender de nuevo todas las llamas que se fueron apagando poco a poco, pero estabas en lo cierto las respuestas más importantes todavía no están escritas, y me fumo aquellos encuentros que teníamos en las aceras, para luego más tarde ir a la otra porta del río y allí sentarnos en la misma mesa a oscuras, pausar ese paisaje inmenso que éramos nosotros, tal vez ahora estés en brazos de otro, vete tú a saber, a lo mejor a ti también te sucede a veces de la misma manera que necesito tu cuerpo desnudo a mi lado, repito a veces, que de alguna manera tú tengas algo de lo mismo conmigo.

Saludos y gracias

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