Cosas privadas, hasta los
países tienen cosas privadas, pero a ti todo eso no te importaba, solo te
molestaba que no compartiera contigo mis cosas privadas, que tuviera mi espacio
y tú no pudieras recorrerlo, bailarlo, asearlo, maquillarlo, pensaba él, y le
vino a la mente algo que había oído hace poco en un programa de radio “la
longitud de los celos puede alcanzar limites peligrosos”, y por eso de la misma
manera que él sabía que los celos podían llegar a matar, lo que nunca se llegó
a imaginar es que mientras pasaba su vida como una película a través de ese
charco de sangre, es que el que apretaría el gatillo fuera él, y eso que lo tenía
todo preparado para su escapada juntos de fin de semana, la excusa para ella, y
una sorpresa en formato regalo para él.
Saludos y gracias
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