En la delicadeza de esos
pequeños detalles está lo que somos y seremos, tus huellas sobre esa copa de
vino que se inclina hasta rozar el carmín de tus labios, la tenue luz
suficiente para reconocernos cuando nos miremos, el sonido del violín que sale
de la calle y se cuela por la ventana, el aroma reivindicativo de la salsa de
tomate que se está cocinando, a fuego lento para que nada se queme, tus pies
desnudos sobre el parquet, un cigarro en tu boca, un sacacorchos y una nueva
botella de vino, que abres sin necesidad de preguntarme si quiero más, buscando
entre tus libros desordenados alguno que me diga algo de ti, el reloj de la
pared que marca el horario de Mar de Plata, Libre cambiando de postura, se deja
caer sobre mi pies para que le rasque detrás de la oreja, la mesa cambiando de
color, está emigrando la luna de posición, los ojos de loca de tu gata sin nombre
que nos mira desde el alféizar de la ventana, el frutero que heredaste de tu
abuela encima del banco de la cocina, y una bolsa de naranjas al lado que faltan
por colocar, la nieve cayendo en los meses de verano, el impacto de la cola de
Libre contra el parquet porque te acercas, te acoplas entre nosotros dos, y me
dices hay que brindar por algo, y te respondo, por estos momentos.
Saludos y gracias
No hay palabras :)Me has emocionado.
ResponderEliminarBesazos