Imagina que se apagan las luces
y todo se queda a oscuras... Cuando todo se vuelve a encender, tú estás ahí,
inesperadamente, como en la foto, es decir de espaldas, con tu melena color
azabache, con la vista perdida en el infinito, sentada en el banco, con una
bufanda cubriéndote el cuello, con las piernas cruzadas, me acerco por detrás y
te pregunto: ¿Qué haces aquí? Y me sorprendes con la mejor respuesta de todas
las que se me ocurren en ese momento. Esperándote.
Saludos y gracias
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