Aprendió inglés para poder
cantar sus canciones con su guitarra, no tenía televisión, no creía en esa
religión, tenía muchas cosas que contar, decía que las mejores historias que
nunca había oído se encontraban en la panadería, en los que creían saberse los
refraneros más populares y acababan reinventado historias de cigalas y
hormiguitas, su sofá como las paredes de su piso eran de color sepia, y su pelo
se volvía blanco cuando se ponía triste, lo achacaba al legado de su abuela que
tenía un poco de bruja, poderes parasicológicos que abrían las puertas de otros
mundos, y cuando vestía ese babero para ir por casa descalza, sus piernas
desnudas eran tan bonitas, tan bonitas, tan bonitas, que no me podía creer que
me contaran en el bar de al lado de su portal que habían encontrado su cuerpo
descansando en el río.
Saludos y gracias
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