DESDE UN LUGAR ONÍRICO



Vienes cuando tengo los ojos cerrados he apagado la luz se han caído las hojas que sujetaban al día y entras por esa misma ventana entre abierta donde los tocadiscos se escuchaban mejor o eso pensaban el humo de tus cigarros y la luna envuelta en un manto rojizo que abrazabas y sigues haciéndolo aunque dudo de que tú tal vez lo sepas.

Separas las piernas y el trazo de tus muslos podría ser mi desvelo y mi insomnio una y otra vez sin importarme a la vez que las cruzas sentada en la silla con la vieja minifalda vaquera que una vez compraste en una tienda de segunda mano pensando en mi expresión al verte con ella y como te haría el amor o me lo haría a mi mismo tan solo mirándote porque te gustaba que  de vez en cuando supieses que te podía observar así como si tú solo existieses y todo lo demás no importarse un efecto carnal con el cual deseabas alcanzándome que te incendiase.

Siempre estás aquí últimamente improvisamos aunque todavía nos sentimos torpes dando esos pasos pero mejor que seguir notas de papel escritas o guiones coaccionados y manipulados con tus modelitos de verano y traes contigo las nubes que extrañaba sus formas surrealistas bajásemos de ellas al mundo cuando se paraba y desnudos nos retozábamos y nos follabamos ronroneándonos y ladrando a todo lo que no entendíamos nos daba miedo.

Llegas y enciendes mi nostalgia por las amapolas las que tienes contigo y nos fumaremos más tarde las que extraño de aquellos días donde aún eran posibles los sortilegios la pausa y el riesgo de saber que se podía alcanzar los imposibles antes de que luego más tarde aprendiésemos que se desvanecían como humo por nuestros dedos y cuando caminábamos descalzos llegamos a ese terrible día que los cristales de la realidad comenzaban a hacer daño e histéricos nos decíamos que jamás nos separásemos y acabábamos haciendo el amor para poner fin a los temores.

Lamentablemente cuando abro los ojos te desvaneces.

Saludos y gracias

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