EL LOCO Y SU ENAMORADA



¿Quiénes somos nosotros para juzgar o que nos juzguen? ¿Acaso no seríamos nosotros también incapaces de tirar esa piedra de la que habló en su día Jesús? Nos aconsejan que mantengamos la mente ocupada para no pensar, ¿Y qué sucede con nuestro subconsciente? ¿Quién se encarga de domarlo? Porque no es tan sencillo como parece.

El loco se enamoró de sus demonios que más tarde acabaron convirtiéndose en su enamorada, en su princesa de cuento, en aquella insólita belleza envuelta en un cuerpo de mujer (o de hombre, según con los ojos que se mire) que se encuentra en la cima de las montañas, cada uno tenemos la nuestra, aunque muchas veces no la veamos por culpa de la niebla.

Quiso escalar hasta allí sin cuerdas, sin ningún tipo de seguridad, y cuando estuvo a punto de llegar a la cumbre, se cayó y el golpe le transformó en cuerdo, por eso no lo intentó de nuevo porque dejo de ver gigantes en molinos de viento y se dio cuenta que le acaba de abandonar alguien que nunca había tenido.

Entonces fue cuando besó a la soledad y aquello le resultó tan terrible y doloroso al mismo tiempo que se quedó congelado para siempre.

Saludos y gracias

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