¿Has cepillado ya la falda de
los manteles? ¿Los restos que han quedado como un impacto inesperado? Entiendo
porque no puedes dormir bien. No entiendo que si te caes es únicamente cuando
te acuerdas de mí. Que entonces sí quieres que te escuche respirar, que no
sepas solamente tú que existes, que estás y eres. ¿Tanto te duele? ¿Olvidaste que
llorar y bailar por la habitación ayuda a sentirse mejor? Que coja esa hoja que
se encuentra mordida por la máquina de escribir y termine lo que tú empezaste a
escribir, que cuando lo leas haya una escapatoria. Ahora creo comenzar a
entender porque cada vez que alguien sale por esa puerta piensas que no va a
volver. Tal vez si eres tú la que sale la próxima vez no te escueza tanto la vida.
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