Camillas grises, trajes de
fantasmas hechos a base de sabanas con agujeros. Baile de marmotas y mofetas.
El olor comienza a no ser soportable, la densidad del aire se nos cae encima,
habrá que salir por la ventana y encontrar algo mejor que lo que ofrece la ostia
consagrada y los valores bursátiles ahora que volví a pisar alguna que otra
iglesia porque las convirtieron en bibliotecas, cafeterías, pubs con cerveza
negra de barril que me sienta tan bien que puedo jugar con los duendecillos que
empiezan en los dedos de tus manos y terminan en los de tus pies.
¿Qué fue de todos los demás?
No lo sé, salimos por la ventana y nos separemos y no se volvió a saber. ¿No
tienes miedo de tu sombra que te espía todo el rato y nunca te deja en paz? Un
día te prometo que la engañaré y la dejaré atrás. Creo que lo decía un libro,
un método eficaz para sentirse a veces feliz mentirse a uno mismo con falsa
modestia o alta vanidad o promesas que como aviones de papel se lanzan al aire
esperando que hagan un circulo tan grande con el cual puedan completar la
vuelta entera al mundo.
El oso me vino a ver ayer, tan
solo me olfateó, tan solo cumplió el papel de oso explorador, tan solo me
olfateó, mucho más amable que los homo sapiens que te obligan a bajarte los
pantalones y te dan con la regla en el culo porque escribiste algo equivocado
en la pizarra o porque no cumpliste a raja tabla las instrucciones claras y
concisas del jefe que paga las nominas y nunca sale en el papel la comisión que
se lleva por explotación, entiendes ahora porque había que salir por la
ventana. Lo entiendes o te lo tiene que explicar el oso, cuando el oso tan solo
quiere olfatearte, conocerte, nada más, nada de hostilidad.
Tal vez la triste diferencia
entre tú y yo es que incluso aunque estés en estado de ebriedad (de esos en los
que parece que el mundo es un lugar divertido y lo han construido elefantes
rosas que tenían alas y acabaron convirtiéndose en los dioses que ahora se
veneran en los altares y en los caminos que conducen a Roma) es que siempre
incluso con los ojos cerrados creería en todo lo que dijeses sin someterlo a
ningún tipo de juicio, esa es la manera que tengo para empezar a confiar en ti.
Por eso, por esa pequeña pero gran diferencia que es la misma que yo tengo en
ocasiones con las cosas que le suceden al globo terráqueo a veces tengo la
necesidad de salir por la ventana.
Saludos y gracias
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