EL COTILLEO



Todo se dice. Todo se sabe, todo se cuenta, y el cotilleo avanza como el veneno de una serpiente, como la picadura de un escorpión, se desliza desde lo que se oye y se promete que nunca se va a contar hasta una esquina rota en la ciudad, incluso los gatos lo maúllan, lo arañan, lo beben y lo pasan de tejado en tejado y las aves lo transportan por el cielo alcanzado otros puntos cardinales antípodas de los iníciales.

Todo se dice. Todo se sabe, todo se cuenta, y lo que tal vez fue una frase con un contexto y un significado concreto acaba desestructurándose, acaba separándose de su origen, muta y se disfraza de otro contexto, de otras palabras que nada o muy poco tienen que ver con las originales. Porque en el ascensor se habló de la misma forma que del tiempo que hacía aquel día, porque en el trabajo para matar el aburrimiento se comenta de igual manera que en las mentiras de los horóscopos.

Todo se dice. Todo se sabe, todo se cuenta, subió tan rápido como se desliza la mecha que han prendido y busca la pólvora para estallar, hacer ruido, fuegos artificiales, descorchar botellas de champan, falsas celebraciones o quizás reales signos de alegría, de incredulidad, de sorpresa porque las matemáticas fallaron y las teorías económicas, la ciencia y la religión estaban equivocados respecto a las diferentes formulas de construir mundos mejores pero el mensaje llegó mal codificado y en estas no deseadas hemos acabado encontrándonos.

Saludos y gracias

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