Coses un gorro de lana
amarillo para la guerra. Para el último punto y final. Tejes un gorro amarillo
de lana que le pondrás a un niño que siempre quisiste tener y jamás tendrás. Se
cierra el grifo de la bañera pero no deja de gotear, alguien lo ha hecho, el
monstruo sigue dentro. Notas su olor, sientes su sombra, sabes que se acerca,
por eso el pulso firme de antes se vuelve nervioso mientras continuas
trabajando con el gorro amarillo. No me escuchas, estoy fuera gritando que me
dejes entrar que yo te saco de ahí. No te escucho mientras tú estás fuera
gritando que salga de allí y me vaya contigo mientras intento tejer un gorro
amarillo de lana para un niño que me gustaría tener contigo y sé que nunca
podrá ser.
Saludos y gracias
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