Cierro los ojos y tu dedo se
desliza sobre mis labios, me los callan, me los matan, me los sobreviven, los
congelan durante un instante. Estás pero no estás. Eres pero no eres. Tu dedo
toca mis labios, y se queda ahí. El calor, el frío por si se va, por si no
vuelve, tu dedo, tu tacto. Abro los ojos y ya no estás. Para cerrar el circulo
de terror vuelvo a cerrar los ojos. Cierro los ojos y esta vez son tus labios
la combustión sobre los míos. Quiero volver a empezar, a retener la sensación
de cerrar los ojos y volver a empezar.
Saludos y gracias
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