I
Camina despacio, como si las
prisas no vayan con ella, llega hasta el bordillo de la acera, se detiene,
espera, se para un coche a su altura, lo abre y se sube en él. ¿Sabrá que el desconocido
que soy para ella todos los días la espía desde la distancia su rutina diaria y
que cuando se marcha deja su soledad llamando más tarde al timbre de mi casa y
yo no la abro por miedo a que cuando lo haga ella deje de hacerlo?
II
Se levanta a las cuatro de la
madrugada, enciende el ordenador, afuera llueve, las gotas golpean contra el
cristal de las ventanas cerradas, se masturba viendo pornografía gratuita, dos
minutos de visión le bastan, para terminar, limpiarse con un trozo de papel
higiénico y tirarlo al suelo de la moqueta, le da vueltas a la muerte, a un
chino comiendo arroz con palillos de madera, a que decir a veces te quiero no
es suficiente para expresar todo lo que se lleva dentro, a la vida, a una anguila
gigante, al cigarro que se fuma y maldice, al insomnio porque no quiere volver
a soñar con ella y al despertarse descubrir que no está.
III
La soledad piensa a veces
también es un trozo de papel vacio.
Saludos y gracias
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