Puedes irte con todos los
extranjeros que quieras ninguno tratará de hacerte tan feliz como yo lo intenté
y tantas veces fracase. Ninguno te querrá tanto como para volverse tan loco
como yo lo estoy ahora que no sé dónde estás.
Es duro el despertarse,
encerrarse en camiones de mercancías y que me dejen en cualquier punto
inaccesible al lugar dónde te pueda encontrar. Es como cuando el público
aplaude sin saber a lo que está aplaudiendo. Aunque sea la ejecución y el
ahorcamiento de los pájaros de la cabeza que ya únicamente podrán aletear.
Nadie se acerca a preguntarme
porque me como cómo si fuese un caníbal las soluciones que me ofrecía el diván
de algún maldito psicoanalista.
Saludos y gracias
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