NO HAY CERILLAS SUFICIENTES



No quería gatos, ni pianos desafinados, una catapulta como mucho para tirar todo lo que no le servía y liberar así energía mal concentrada y necesaria de expansión, eclosión para regenerarse en aleteos de mariposas que creen caos en las antípodas de su mundo y la dejen en paz.

Ya no te amo. Fue el suicidio de todo en lo que creía.

Fue descubrir que hay un rostro detrás de quien sujeta la guadaña.

Quiso entonces, deseó quemar fotos, recuerdos, paseos, escenarios, calles, besos, caricias, arañazos, broncas, discusiones, abrazos, y cuando ya no resistía más se dio cuenta que no le quedaban cerillas suficientes para prender todo aquello.

Saludos y gracias

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