Cuando la noche es tan oscura
que atraviesa como puñales de frío, y los fantasmas entran en bandada
atravesando los cristales de las ventanas cerradas y se cuelan hasta las entrañas,
llora el niño que uno lleva dentro de sí mismo porque todos los miedos del
ahora golpean como una roca a la infancia destruyendo todo aquello cuando creíamos
que todo era posible y fácil de conseguir, se caen los muñecos y las casas de
ciudades de mentira, igual que descubrir que poniéndose uno una máscara no es
suficiente para convertirse en un héroe, hace falta algo más que no aparece
cuando la noche es tan oscura y solo se necesita un simple abrazo para que deje
de serlo.
Saludos y gracias
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