SI ALGÚN DÍA NACES



Vientos precarios, lunas en llamas, desahucios en los cajeros de sucursales que cerraron, de autobuses abandonados, bicicletas robadas, tiendas pequeñas que cierran mientras abren grandes supermercados, y arriba en las alturas que nos quedan tan lejos firman un tratado de libre comercio terrible. Sueño que si alguna vez naces del vientre de una mujer que me quiera de la misma manera que yo le quiera, cuando te hable de todo esto pertenezca a un periodo de escalofríos que finalmente superamos porque las ganas de vivir triunfaron por encima de las ganas de sobrevivir.

Te cuente que a pesar de todo también había cosas fáciles, sencillas, que son las que ayudaron para que la primavera no entrase en un sueño eterno. Invitar a un té a aquella adolescencia dormida que descubrías en esa mirada, en esa sonrisa, en ese vestido, en ese cuerpo de mujer en el cual te imaginabas la posibilidad de comenzar el viaje más extraordinario jamás antes conocido, dejando de ser unos extraños, unos ausentes, cuando le comentas que ahora que se acercan los tiempos de vinos calientes, ver caer copos de nieve a través de las ventanas de un lugar que tienes el privilegio de poder llamarlo hogar, compartir los tiempos de mantas acurrucados en el sofá viendo películas o escuchado música, asiente con esa belleza que sabes que descubrirás cuando a través de la confianza te deje conocer su interior. Tal vez, tal vez, si algún día naces y la madre que te acune te cuenta la misma historia entenderás porque me llamarás padre.

Saludos y gracias       

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