Tú sueñas con el mejor hombre
de todos los tiempos pero ese no existe. El insomnio esa catarata que
interrumpe el dulce sueño recuerda el vacio que hay en lugares que una vez
fueron compartidos y ahora son abono de la soledad. Allan Poe y sus monstruos,
la masturbación de una película porno, recordar simplemente sus piernas,
solamente eso, sus piernas y con eso está todo dicho. Los adornos de navidad
que han dejado de tener significado, compartir un apartamento un fin de semana
con una desconocida y copiar escenas de películas que provocaron la primera
erección entre otras cosas, los viajes en el tiempo que creías que se ocultaban
detrás de aquella puerta, cualquier puerta, el teléfono que no suena con las noticias
que quieres oír (tal vez algún día), un cazador de elefantes esnifando cocaína
encima del lomo de un libro que habla de las aventuras de Indiana Jones, los
extraterrestres esos seres (a veces extraños, otras veces entrañables) que
caminan por las calles de las ciudades, la botella de whisky que algún día me
prometerás y nos la beberemos a medias, fumarse en la azotea el último cigarro
antes del amanecer y ese primer beso, que puede ser perfectamente el último o repetirlo
de nuevo como si fuese la primera vez. Luego cuando sale el sol volver a ir
a dormir siguiendo al pie de la letra el mismo ritual que hacen los vampiros.
Saludos y gracias
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