Delante una cuchara y una mesa
(llena de papeles) esperando un mantel. Ves pasar productos de cosméticos por
diferentes canales de televisión uno detrás de otro como si fuesen las azafatas
de un concurso de televisión con poca ropa encima. Llega con el puchero y lo
pone con desgana en medio de cartas del banco, facturas por pagar y deudas
pendientes por resolver. Sírvete lo que quieras.
¿Quieres vino?. Sabes que a
estas horas me sienta mal, te dice.
¿Por qué te casaste conmigo?.
Le preguntas a que viene eso ahora. Te responde que no lo recuerda y tenía
curiosidad, solamente eso curiosidad, la misma que si se tratase que fue antes el
huevo o la gallina.
Comienza el concurso. Un día
ganaré el viaje y me iré a morir a otra parte.
Saludos y gracias
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