Se miran nuestros relojes. Se
buscan tratando de huir de las trabas de los horarios adjudicados de antemano,
de las clausulas de tener que levantarse temprano por cumplir órdenes
establecidas y seguir los eslabones de una trampa. Hablamos y hay un momento
que únicamente me centro en el perfil de tus labios finos y en darles calor
para que me entiendas todo lo que te tengo que decir, que alcance hasta el
próximo invierno porque eso si lo deseamos también es una forma de vivir el
presente. Luego ya descubriremos como continuar, igual que una caja de música
que se abre y puede resistir incluso hasta a un colapso apocalíptico. Nunca hay
que dejar de bailar, ¿no te lo he dicho? De la misma manera que tampoco te he
dicho que miento, yo no llevo reloj, únicamente trato de seguir el tuyo para
que nos volvamos a encontrar cuanto antes.
saludos y gracias
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